viernes, 3 de julio de 2009

En Suiza tambien se intercambian bananas

En los últimos días he recibido numerosos mensajes sobre la crisis política de Honduras y los más recientes ya aluden al síndrome de"república bananera" en este tira y encoje que protagonizan "los presidentes" de Honduras, Zelaya y Micheletti. Siempre que se cocina algún golpe de estado o revuelta en nuestros países, alguien saca del baúl de los recuerdos el peyorativo nombrete que nos recuerda los peroes momentos de la historia del istmo centroamericano. Y es que ninguna de las partes esta dispuesta a ceder en este enfrentamiento. Las recomendaciones de los organismos internacionales al no complacer las aspiraciones de los que tomaron el poder en Honduras, son como un molesto zumbido de insecto que quizás piensan detener con el matamoscas que empuña el ejercito hondureño, de la misma manera que lo aplicaron contra la indefensa población que apoya a Zelaya. Este último, probablemente hubiese hecho caso omiso de los llamamientos de la OEA si el referendum para prolongar su estadía en el poder, se hubiese realizado contra la voluntad de buena parte del senado y de sus connacionales en general.
Ahora y como resultado de esta lucha de fuerzas, Honduras tiene dos presidentes y ninguna garantía para la democracia, para la seguridad de la población que apoya a Zelaya.
Un juego de fuerzas similar se respira en uno de los foros de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, en el cual he tenido la oportunidad de participar. El primer mundo, interesado como esta en mantener el status quo para explotar los recursos geneticos de los países en desarrollo, ha dilatado en los últimos años las negociaciones para arribar a la definición de un instrumento legal internacional que permita proteger la propiedad intelectual de los conocimientos tradicionales. Esta semana, a punto de terminar la 14ava sesión de la OMPI el antagonismo de las posturas de los países desarrollados y de "los demás", amenaza con impedir la continuidad del Comite que ventila estos temas. Tambien en este caso, nadie quiere ceder posiciones. Tambien en este caso, los que sufrirán las consecuencias si no se renueva el mandato del comite, son las poblaciones más pobres y con menores oportunidades. No importa si la situación que nos ocupa se da en Honduras o en Suiza, si en un país se producen bananas y en el otro chocolates, porque el problema es de humanos, de culturas, de intereses, de actitudes. Cuando se trata de concertar entre opuestos, las dificultades son similares. Sin embargo, aquí en los foros de Naciones Unidas se discute con argumentos; en Tegucigalpa en cambio...estar en desacuerdo puede acarrearte una golpiza o algo peor.

1 comentario:

  1. No Marta, hace falta claridad en la información. El golpe de estado (que es negado por los golpistas) no es resultado de ningun referendum ni del capricho de un presidente (Zelaya), ni la crisis actual es resultado de la confrontación de Zelaya con Micheletti. No iba a realizarse ningun referendum (todo referendo tiene compromisos, obligaciones que se deben cumplir pero en nuestros paises esa figura no existe) sino una consulta, una encuesta. De ninguna manera hay tiempo para convocar a una Cosntituyente, cambiar la constitución y reelegirse en nov. 2009.
    Lo que sucede es que la derecha recalcitrante y troglodita de nuestros paises no está dispuesta a ceder un milímetro de sus privilegios. Los derechos consagrados en nuestras constituciones les valen un pepino cuando de ceder se trata. Por eso, cada avance nos cuesta literalmente sangre. Tuvieron que morir 75 mil salvadoreños para que la izquierda fuera legal y pudiera participar en elecciones! En Honduras se está jugando el futuro de los pocos avances democráticos en la región. Por eso el revuelo internacional. No podemos permitir ningún golpe de estado a un régimen legal, elegido por el pueblo. Por eso no hay otra alternativa que el retorno del gobierno legítimo de Zelaya. Cualquier otra, significaría un retroceso y un aliciente a que en otros países suceda algo similar, El Salvador incluído. Pienso que debemos siempre ver el contexto para entender lo que sucede.
    Un abrazo

    Luis Díaz Hérodier

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